La mediación es un proceso único, donde los protagonistas del conflicto son, al mismo tiempo, los protagonistas de la solución. Su objetivo no es educar, pero educa; no es sanar, pero sana; no es formalizar, pero formaliza. La mediación nos permite ser dueños de nuestra experiencia vital. Hay que volver a las tablas, al teatro, a los actores donde se generó un conflicto para poder encontrar las soluciones.